viernes, 12 de abril de 2013

Nunca sabrás lo que te pierdes si no ves La Edad de Oro

A estas alturas, debería abrir un nuevo blog que se llamase algo así como "De pascuas a ramos", por eso de escribir en él tan 'fecuentemente'. Pero me da pena cerrar este. Así que voy alimentándolo con pequeños posts sobre cosas que probablemente te interesen más bien poco.

En este caso, quería recordar uno de los mejores programas de televisión que ha habido en España. Algunos dicen que era demasiado pretencioso. Otros, que pecaba de ser demasiado moderno. A algunos les parecía una mamarrachada mayúscula. Y puede que así lo fuera. Pero también es cierto que fue un programa único, quizás por ello levantara tantos odios como pasiones.

Pertenece a una época en la televisión pública donde había cabida para espacios que bien podrían considerarse como Televisión de autor. Si un concepto semejante existe para el cine, ¿por qué no para la TV? Paloma Chamorro era comandante de un tripulación de músicos, cineastas, artistas plásticos, bailarines, fotógrafos, punkis, travestis y yonquis. Vamos, de los más parecido a una Factory Warholiana que haya habido en España. Seguramente por eso, muchos espectadores considerasen a La Edad de Oro como un hervidero de pajarracas con ganas de ponerse hasta arriba y salir por televisión.

No obstante, es innegable que La Edad de Oro impulsó a parte de lo mejorcito de este país, y nos trajo a ídolos extranjeros para hacerles entrevistas que ya forman parte del imaginario de cualquier fan del pop que se precie. Para muchos, la mítica banda sonora con la que abría el programa (creo que compuesta por Berlanga o Bonezzi) signifcó estar un poquito más cerca de artistas que, por aquella época, estaban más que marginados en España. Incluso para gente como yo, que no vivió la época, La Edad de Oro se convierte indefectiblemente en programa de referencia.

Por allí pasaron muchos y siempre en directo: Boy George, Lou Reed, The Lords of the New Church, The Smiths, Divine, Killing Joke, Tom Verlaine, Peter Murphy o los -por entonces- jovencísimos Violent Femmes. Y también, siempre como algo atávico (y no es para menos viendo la joyas que traían) estaban presentes los abanderados del artisteo patrio.

Os dejo algunos vídeos tan interesantes como el de Peter Murphy explicando la disolución de la legendaria Bauhaus. Una maravilla.


Lords of the New Church - Holly War, 1983



Entrevista a Morrissey y Johnny Marr de The Smiths, 1985



Concierto completo de Lou Reed, 1983





Entrevista a Peter Murphy de Bauhau, Parte 1, 1983

jueves, 25 de octubre de 2012

Prometheus o ¡¿POR QUÉ?!

Acabo de ver Prometheus. Hacía meses que no escribía en el blog, de hecho casi un año, pero aquí estoy para contaros una experiencia cinematográfica terrible.

Como os decía, acabo de terminar de ver Prometheus, película del 2012 dirigida por Ridley Scott. Había estado dando la brasa con ir al cine a verla desde que se estrenó, pero nunca fui. Ahora todos mis temores se han hecho realidad. Y es que Prometheus es la precuela de Alien (1979, Ridley Scott) y mi subconsciente se inclinaba a pensar que algo no muy bueno se cocía alrededor del film.

Alien supone una pieza clave en la historia de cine, y más dentro de mi admirado género de la ciencia ficción. Hacer Prometheus no significaba estar a la altura, sino superarla. Y eso era muy difícil. Aún así, atónito me he quedado con la simpleza de Prometeus. Si Alien y Blade Runner (Ridley Scott, 1982) son dos obras MAESTRAS del género, Prometheus no aporta nada. La trama es simplona y el reparto no dice nada. Los personajes no progresan, están definidos desde el minuto 0. Puro convencionalismo, estereotipados al máximo. Estéticamente es letal. Lo hemos visto ya todo antes. Es barroquismo del vulgar, quince millones de maquinitas que sirven para todo. Nada sutil, no deja margen a la interpretación. Diálogos saturados, aspiraciones pretenciosas. Simplemente, un blockbuster.

Si algo malo te puede pasar en cine, es ser mediocre. Prometheus lo es. Ahora Mr. Scott prepara una segunda parte, y la precuela de Blade Runner. Por favor, que no se me caiga otro mito... !




lunes, 28 de noviembre de 2011

10 Películas para el (des)amor

He aquí una lista de las películas que por el momento más románticas o amorosamente bonitas me has parecido. No están todas ni lo pretendo, pero allá vamos.

Breve Encuentro (David Lean, 1945). El gran maestro Lean (Lawrence de Arabia, Dr. Zhivago, El puente sobre el río Kwai) realizó esta película en su primera etapa inglesa. Es inevitable el vínculo con la protagonista de la cinta, una mujer que se aferra a la cotidianidad del matrimonio, a sus deberes como esposa y a la fidelidad, y lucha contra sentimientos apasionados que le arrastran a los brazos del encanto de un desconocido que coge su mismo tren. Una deliciosa obra que habla de volver a sentir cuando creías que nunca más ibas a poder hacerlo.



Casablanca (Michael Curtiz, 1942). Hablar de Bogart y Bergman es hablar de historia. Hablar de Rick e Ilsa es hablar de amor. A veces es imposible escapar de la turbulencia de una etapa que te marcará de por vida. Si aún no la has visto, no sé qué haces leyendo blogs.



A vida o Muerte (Michael Powell, Emeric Pressburger, 1946). Años 40, sin duda una década para el amor. Como demuestra esta joya poco conocida con respecto a sus contemporáneas. Una historia llena de belleza y sueño y magia y fantasía. Nunca una desesperada llamada de socorro, nunca un último suspiro para aferrarse a la vida fue tan atendido.



Wall·E (Andrew Stanton, 2008). Si pensabas que el cine estaba acabado, eso es que no has visto esta joya de la animación de nuestro tiempo. La primera hora sin diálogos es un homenaje a Keaton, Chaplin y demás genios del cine mudo. Para algunos desalmados esa primera parte será como comida de avión. Para nosotros, los sentimentales, es Nouvelle Cuisine. Si no se te cae la lagrimilla (o estás a punto) quizá debas ir al cardiólogo.


Rompiendo las olas (Lars Von Trier, 1996). Siempre polémico y muchas veces genial, Von Trier volvió a coger la cámara para narrar una preciosa historia de amor. Aviso a navegantes: el director danés es un maestro en historias que superan la depresión. Si no estás en tu mejor momento, mejor pásate a Billy Wilder o a Berlanga.


Muerte en Venecia (Luchino Visconti, 1971). No todo tiene por qué ser amor al uso. El amor tiene muchas formas, y Visconti plasma en esta cinta el amor de un artista que por fin encuentra la belleza pura. Tildada de homosexual y a veces hasta de pederasta, nada más lejos de la realidad. Si algo tiene Visconti es que cuenta con una sensibilidad fuera de lo habitual. Ya sea viendo a Alain Delon en El Gatopardo o en Rocco y su hermanos o con Bogarde en esta obra maestra de fotografía inmejorable. Nunca antes Venecia había sido tan decadente. El final, apoteósico.



Él (Luis Buñuel, 1952). La pasión y los celos desmedidos son los protagonistas del film. La obsesión por controlar llevada a la locura. El amor convertido en lo insano. Y siempre entre el surrealismo, la liturgia y una iluminación exquisita. Como siempre con Buñuel.



El amor en fuga (François Truffaut, 1978). Lo mío con Truffaut sí que es amor del bueno. Elijo esta cinta como bien podría haber escogido otra cualquiera. Pero esta es especial porque cierra el ciclo de películas que Truffaut dedicó a su Álter ego Antoine Doinel, y que arranca con la archiconocida Los 400 golpes. Truffaut fue un contador de historias nato. ¡¡¡Viva Truffaut!!!.


Calle Mayor (Juan Antonio Bardem, 1956). El gran Bardem, director de la también magistral Muerte de un ciclista, narró una de las historias de amor más tristes que jamás haya visto. Típica cinta que te marcará si te pilla en el momento justo. Si te sientes abandonado, hundido y engañado encontrarás compresión en esta joya made in Spain.

 

Nubes pasajeras (Aki Kaurismäki, 1996). Que no, que no se me olvida Kaurismäki. Vale... esta cinta tampoco es amor clásico. Digamos que es amor nórdico, un poquito más frío, menos pasional, pero no por ello menos tierno. Este matrimonio se merece una medalla.  Igual que esta escena.

 

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Breve crónica del Zinemaldi.


Ya pasado el ecuador de festival, conviene hacer un pequeño resumen de todo lo que ha ido aconteciendo en estos días. Desde el pasado viernes hemos tenido la ocasión de ver varias películas que han triunfado en otro festivales. El caso más representativo fue el estreno de El Árbol de la Vida (Terrence Malick), ganadora en Cannes, que levantó odios y pasiones a partes iguales. Yo me quedé sin entradas para verla, ya se sabe que el que no corre vuela, y más en el Festival. Glenn Close nos trajo su Albert Nobbs, en la que participa como productora y coguionista, y nosotros se lo devolvimos con el Premio Donostia de este año, en una gala que me emocionó, aunque la galardonada me fuera bastante indiferente. Fresnadillo vino acompañado de Clive Owen, Daniel Brühl y López de Ayala para la premiere de Intruders, de la que no sé absolutamente nada. Habrá que esperar a verla en cine normal y corriente. 
Además de las estrellas, han ido pasando por aquí numerosos cineastas menos conocidos pero con películas dignas de ver, dentro de todas las secciones. La sorpresa (para mi, pues me encanta) fue que Julian Schnabel decidiese presentar Miral en un pase gratuito con presentación y coloquio incluido. Aunque pude verle fuera del cine, me fue imposible ver su film ya que se proyectaba a la vez que Pescador, de Sebastián Cordero. No puedo dejar de mencionar la maravillosa película del ya veterano Hirokazu Kore-eda, Kiseki (I wish). Sin duda una ovación bien merecida fue la que se llevaron los dos niños protagonistas al arrancar la sonrisa a todo el Kursaal. Destacable también la presentación de la película de Nacho Vigalondo, Extraterrestre. Entre el público Álex de la Iglesia, Jaenada y demás colegas, a parte de todo el reparto (excepto Michelle Jenner) y toda la familia y amigos del director, al que se le podía ver después de la proyección saludando a todo el mundo. Al mismo tiempo que salíamos de Extraterrestre, salía de la sala contigua Julie Delpy con su Skylab. Muy simpáticos, todo hay que decirlo, recibieron también la ovación de un público que salió sonriendo del cine. Por suerte mañana podré opinar.
Hoy esperamos la llegada de Catherine Deneuve, y todavía quedan por ver joyas de Cannes como Le Havre de Kaurismäki o The Artist de Hazanavicius, además del resto de la sección oficial, que, por lo que se oye, prometen bastante. Ya os iré contando.


  
                             Protagonistas de Kiseki





Raúl Cimas, Miguel Noguera, Carlos Areces, Julián Villagrán y Nacho Vigalondo.

lunes, 29 de agosto de 2011

Versiones insólitas Vol.1

Desde luego qué gusto da encontrarte de vez en cuando con las perlas que el pop español va dejando por ahí. Esta es una primera selección de versiones que me he ido encontrando, algunas aceptables, otras discutibles y otras, desgraciadamente, lamentables de canciones conocidas.

Empezamos con un clásico. Si los Héroes del Silencio son grandes, Raphael no se queda corto. Esta versión le costó a Bunbury el ingreso en la Prisión del Rock&Roll en Muchachada Nui. Al final él y Jaime Urrutia quedaron absueltos de todos los cargos, pero la versión de Maldito Duende sigue ahí. No sé qué es mejor, si la canción o el videoclip. Desde luego Raphael se ganó con esto un buen puñado de enemigos, pero también una miríada fans. Qué negror.

 

Mick Jagger está de enhorabuena. Ha conseguido que Melendi versione una de sus canciones más conocidas. Desde luego, algo incomparable con el resto de canciones que hace. Este "poeta urbano" a veces tiene gracia con algunas de sus frases ingeniosas (<<mis sentimientos van en chándal y los tuyos visten de Dior>>) . Desde luego, con esta versión se ha pasado de gracioso.

 

El siniestrismo español de los '80 también tenía ídolos. El ya citado Jaime Urrutia dijo que Eduardo Benavente era <<el David Bowie español>>. No sabemos si lo diría por la versión castellanizada que hizo del clásico Heroes, pero da igual. Os dejo aquí Quiero ser tu perro, versión en español a cargo de Parálisis Permanente de Iggy Pop & The Stooges. Para gustos los colores.


Y siguiendo un poco el hilo, os traigo una versión que no tiene desperdicio. Según tengo entendido, esta canción de The Ramones la vienen versionando desde su época de Pegamoides. El caso es que se podría hacer un post solo con los covers que Alaska y Nacho han hecho: Boney M, Karina, la Carrá, Camilo Sesto, Décima Víctima, Rocío Jurado, Derribos Arias, Cecilia, y un sinfín más. Sin embargo, esta versión de Fangoria, electrónica rollo sutil de Here Today, Gone Tomorrow es... bueno... juzgad vosotros mismos.


Dentro de lo más cañí nos encontramos con los siempre estimados, y muchas veces infravalorados Los Chunguitos. Este es el particular homenaje lolailo a la más que conocida canción de Nochevieja de Camilo Sesto, Vivir así es morir de amor.

 

De una de las épocas más oscuras de este país fue responsable esa atroz serie que triunfó entre la chiquillería de polo Lacoste, e, inexplicablemente, en toda Finlandia. Hablamos de la funesta teleserie Los Serrano, que produjo como ídolo músical al fatídico Fran Perea. El muchacho hizo las delicias de los niños pera que soñaban con ser rebeldes con esta version de So Payaso de Extremoduro. Avé qué me dice depué...


Quien más quien menos ya está acostumbrado a Rockanrollear con Miguel Ríos y su Rock de la cárcel. A lo que no estamos tan hechos es al particular acento inglés de El Príncipe Gitano, que se atreve, aparte de con los Beatles, con el mísmisimo Rey del Rock&Roll, Elvis Presley y su clásico In the Ghetto. Una joya sin par.


El olvido era el único que todo lo destruía hasta la aparición de este individuo, el Atila de la música, el Ángel Negro de las versiones, el Poncio Pilato de los micrófonos. Cómo no, hablamos de Pitingo y su versión de Smells like teen spirit de Nirvana. Sin más comentarios.


Y... ¡Por fin! Llegó la que sin duda es mi versión favorita. He de reconocer que siento atracción por la gente que se atreve a hacer cosas como esta, y es que, este cover es tan cutre que me fascina. Me despido con algo que nunca podríais haber imaginado, a las Azúcar Moreno versionando Paint it black de los Rolling Stones. Simplemente... ¡Exquisito!.


jueves, 14 de julio de 2011

La teniente Wintour.

Me encantan los documentales de gente famosa. Pero no de celebrities que me cansan y que veo hasta en la sopa, sino de esa gente que sí, que es popular, pero que mucha gente no sabe quién es. Por ejemplo, la editora de VOGUE USA. Aunque no sepas de quién se trata, te podrás imaginar que es una persona importante. Pues bien, para todos aquellos despistados que no sepan quién es la mujer que maneja los hilos de la moda existe un documental o docu-reality o como-diablos-quieras-llamarlo llamado The September Issue. Trata sobre la Señora Anna Wintour, un bloque de hielo de figura menuda y súper trendy que azota los deseos y caprichos de los creativos más cool de la revista más cool del mundo más cool. La pobre Grace Coddington, Directora Creativa de la revista, no gana para disgustos con la sargenta. Aviso a navegantes: no os asustéis cuando veáis el zarrio de mujer de la que hablo, porque tiene tela marinera. Que nos os engañen sus andares y su look a lo Vivienne Westwood, ya que, por lo visto, que una modelo importante allá por los años de Maricastaña y una de las mejores creativas de hoy en día. La verdad es que es un sol de mujer, o eso parece, siempre creando cosas con mucho talento y aguantando los chaparrones de la jefa. Aún así, es la única que se atreve a plantarle cara y a cuestionar sus decisiones, y no es de extrañar, ya que entraron el mismo día del mismo año a trabajar en Vogue, por lo que experiencia pueden tener prácticamente la misma. En fin, un documental bastante interesante: te ríes, alucinas con los personajes variopintos que salen y puedes cotillear algo sobre el mundo de la moda, aunque, sinceramente, ya que estamos, eché de menos algo más de CARNAZA. A ver si hacen la Redux...


lunes, 16 de mayo de 2011

50 años bien cumplidos.

Desde el pasado miércoles 11, se dan cita en Cannes parte de los mejores del mundo del cine con motivo del festival que allí se celebra. Entre los que optan a la Palma de Oro se encuentran cineastas de la talla de Terrence Malick o Lars Von Trier. Personalmente, tengo curiosidad por el recién descubierto (para mí) Aki Kaurismaki, director finladés que me ha atrapado bastante. La representación española corre a cargo de Almodóvar, que, aunque es adorado en Francia, nunca (y con esta, ya van cuatro nominaciones) ha logrado alzarse con el codiciado premio.

La verdad es que sería un gran triunfo para España que La Piel que Habito fuera galardonada, pues, inevitablemente (y aparte de la gloria que supondría para el director manchego), se referenciaría a la única película española que una vez ganó en Cannes, Viridiana (Luis Buñuel, 1961). Y es que, además, se cumplen 50 años. 

Qué mejor ocasión, entonces, para celebrar una nueva victoria de Pedro, y encima, revisar la obra de Buñuel. Polémico como pocos, Buñuel alcanzó con Viridiana la simpatía de la crítica y el odio de la Iglesia. Y es que, en un intento frustrado del Franquismo de reconciliarse con él y con el mundo, el encargo de esta película supuso el escándalo en los sectores más religiosos y la confirmación de que genios de la talla sólo podían trabajar en el extranjero, como así continuó haciendo el director hasta su vuelta a España con Tristana (1970). La popular escena que Buñuel filmó retratando a mendigos y borrachos como apóstoles en la última cena no fue nada comparado con la sutil alusión al trío sexual de la monja protagonista (Silvia Pinal) en la última escena del film. Todo un ejercició de provocación a la burguesía, a la Iglesia, a la caridad, a la mendicidad, a los valores... a todo. Y es que, si algo tiene Viridiana, es que no deja títere con cabeza.

Como no podía ser de otra forma, Buñuel siguió, después de esto, trabajando fuera de nuestra s fronteras, en concreto en Francia y en México, donde terminaría de explorar los campos que le alzaron como uno de los grandes contemporáneos. Uno de estos campos es, sin duda, el surrealismo, que explora magistralmente en su película inmediatamente posterior, El Ángel Exterminador (1962). Formo parte de la legión de admiradores incondicionales de este film, que sorprende como ninguno, y que inquita como el que más. Obra siniestra y claustrofóbica que se adentra en lo más hondo de la mente humana, de los miedos y de los deseos, y que, cómo no, tiene en su punto de mira a la (quizás) no tan discreta burguesía.

Haría falta, como mínimo, un post por cada película de Buñuel, y bastante extenso, para hacernos una mínima idea de todo lo que encierra uno de los maestros del cine mundial. Su herencia: una de las colecciones más ricas del cine universal (con casi 40 títulos) y una huella reconocible que va desde Hitchcock hasta Lynch. Como poco, surrealista.

Películas recomendadas:
 
Los Olvidados (1950)
Él (1953)
Viridiana (1961)
El Ángel exterminador (1962)